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¡Saludos!
FDO: Carlos.
- 25… 26… 27… 28… 29… y 30. Se acabó el ejercicio por hoy.
Llevo casi una semana sin poder conciliar el sueño del todo. No soy capaz de quitarme lo de la otra noche de la cabeza. Menos mal que este gimnasio está abierto casi 24 horas al día y puedo venirme aquí por las noches cuando no puedo pegar ojo.
Es hora de desayunar, así que después de la ducha me voy al Arthurs a tomar un café con tostadas o algo que me sacie el apetito. Seguro que los camareros se alegran al verme después de las propinas que se llevan cada vez que voy.
Una vez allí, acompaño el desayuno con el Diario de Tortuosa, el periódico local que trata muchos temas diferentes, desde economía, temas del corazón… ¡incluso hay un apartado con sucesos paranormales! Según leo, veo que mucha gente ha mandado quejas a la compañía eléctrica por el apagón de la semana pasada. Los encargados del tema se defienden alegando que ellos no pueden hacer nada si un loco le prende fuego a la central que abastece a toda la ciudad de energía eléctrica. Cuando leo todo lo que me podía interesar hago el ritual de siempre, 10€ sobre la mesa para el camarero que me cobre.
Al salir de la cafetería veo que una chica morena está apoyada sobre el capó de mi coche. Me resulta bastante familiar, pero al estar de espaldas y tan lejos no soy capaz de verle la cara. Cuando estoy lo suficientemente cerca para que el mando a distancia del coche funcione, le doy al botón de las llaves que hace que se enciendan las luces de emergencia y salte un sonido que indica que las puertas se han abierto, para que la chica se dé cuenta de que iba a tener que cambiar de asiento. Al escuchar el sonido la chica morena se da la vuelta, y en ese mismo instante noto como si el tiempo se detuviera. ¡Es imposible! Mi mente no encajaba que ella esté aquí y ahora, justo una semana después de aquello…
- ¡Leo! ¡Por fin apareces! ¡Llevo un buen rato esperándote aquí sentada!
- …-Después del shock me cuesta gesticular palabra alguna-
- ¡Qué pasa! ¿No vas a decirme ni hola después de tanto tiempo? ¿Ni siquiera piensas darme un beso? ¡Ni que hubieras visto a un fantasma!
- Carol… no imaginaba que aparecieras aquí sin avisarme antes, me has dejado un poco descolocado… ¡pero ven aquí chiquilla! – Salgo del trance dándole un fuerte abrazo-
- ¡Pensé que no te habías alegrado al verme, tío!
- No es eso, es que no te esperaba y no sé si estaba preparado para verte ahora mismo…
- ¿A qué te refieres…?
- Bueno… a nada en especial, sólo que llevamos cerca de una semana sin hablar y… ¡que tú deberías estar a miles de kilómetros estudiando! – No me gusta mentir, pero ahora mismo no podía contarle lo que pasó la otra noche-
- Ya… ni siquiera se lo dije a mis padres, quería darle una sorpresa a todo el mundo.
- ¡Nunca cambiarás Carol! Te gusta demasiado ir por libre en la vida, ¡imagínate que me hubiera ido a algún sitio y no te hubiera podido ver!
- Me lo habrías dicho por teléfono, ¿no?
- Bah… lo que importa es que estás aquí. Venga sube al coche que nos vamos al STAR, allí no hay nadie ahora y estaremos tranquilos para hablar todo lo que haya que hablar y ponernos al día.
Subimos al coche y salgo a la avenida principal camino del STAR.
- Por cierto Carol, ¿cómo me has encontrado?
- ¿Es que se te ha olvidado que vivo al lado de donde habías aparcado? Cuando llegué a mi casa y solté las maletas, lo primero que hice fue asomarme por la terraza para ver si había cambiado algo por el barrio desde que estoy fuera. Vi tu coche ahí aparcado y bajé corriendo, pero como no sabía dónde estabas, no quería moverme de ahí hasta que llegases.
- Podrías haberme llamado al móvil… ¡así no tendrías que haberme esperado cogiendo frío mujer!
- Pero si te hubiera llamado no habría visto tu cara de sorpresa nada más verme, ¿no?
- Jaja, tienes razón.
Aparco en el garaje subterráneo del STAR y me voy directo a la barra para servirnos algo de beber.
- Estás más guapa desde que vives fuera. – Parece que le ha sentado bien el tiempo en NYC, viene vestida con ropa que no solía usar antes, más mujer.
- ¿Insinúas que antes no era guapa? Jaja… es broma, sé que siempre me has visto guapa, pero gracias de todas formas. Tú no has cambiado nada desde que no nos vemos, un poco más fuerte quizá… ¿te machacas mucho en el gimnasio o qué?
- Bueno, demasiado tiempo libre durante el día… y la noche. Cuando no tengo nada que hacer me voy al ROCK&GYM y me paso allí las horas muertas para no perder la forma.
- Pues ten cuidado, que los culturistas no me gustan eh…
- Jaja, no te preocupes, hago lo justo y sin excederme, ya me conoces. ¿Cuánto tiempo tienes pensado quedarte?
- Pues todavía no he comprado el billete de vuelta, pero no creo que me quede mucho tiempo por aquí, los exámenes están lejos pero no puedo quedarme atrasada. Así que me quedaré una o dos semanas, no más.
- Habrá que aprovechar el tiempo entonces, ¿no?
- ¡No tan rápido vaquero! Antes tenemos que charlar un rato, no quieras ir a saco nada más verme. ¿O es que sólo me echabas de menos por eso?
- ¡Qué mal pensada eres! No me refería al sexo. Me refería a pasar tiempo juntos y eso… aunque ahora que lo dices… Jaja.
- Jaja. Bueno, tenemos tiempo para todo…
He llamado a Rafa para que avise al resto de camareros de que hoy tienen la noche libre y le he explicado lo que pasa. El cartel de cerrado cuelga en la puerta. ¡Qué mejor que pasar la noche a solas con mi estrella! Aunque acabe de llegar es como si nunca se hubiera marchado, qué pena que sólo pueda disfrutarla una o dos semanas. En este momento me alegro de no haber terminado lo que empecé con Raquel, pudo haber sido el mayor error de mi vida.